
Una de las formas de atraer a los clientes es mediante los regalos, y ante esto puede surgir una duda interesante: ¿regalos directos o sorteos? Ambas formas de promoción pueden ser interesantes y motivar las compras, por lo que puede hacerse difícil tomar una decisión u otra. A algunas personas sólo les motivan los regalos directos y a otras sólo la posibilidad de tener algo bueno. Por un lado, un regalo directo es una buena forma de motivar la compra, incluso es buena idea para que las personas se decidan entre un producto u otro similar. Además, este regalo no tiene por qué ser muy caro y en muchas ocasiones resulta realmente barato porque se compra al por mayor. Por otro lado, un sorteo permite que quien ofrezca el regalo pueda permitirse algo mucho más caro que resulte tentador a los potenciales clientes. Hay muchas personas que prefieren el regalo directo porque les parece un detalle, e incluso están dispuestos a pagar un poco más por un producto que otro por acceder al regalo, mientras que otros realmente sólo se motivan por un regalo caro al que no pueden acceder de otra forma. Uno de los principales incentivos de un regalo directo es que se tiene algo “gratis” por la compra, algo seguro; mientras que uno de los principales incentivos de un sorteo es que pueden conseguir algo bueno o caro por su compra, algo que cuesta mucho más de lo que se gasta. Uno de los principales peligros del regalo directo es que muchos de los que compran por él después no lo compren porque no dan el regalo, aunque otras personas han podido probar el producto y ya se han “enganchado” a él. Uno de los principales inconvenientes de los regalos de sorteo es que si no tienen éxito o nadie compra se habrá gastado mucho dinero en ello, aunque no es lo habitual. ¿Qué es mejor? Depende del cliente, cada cual tiene sus preferencias. Lo que está claro es que los regalos directos deben ser baratos y los regalos de sorteos han de ser caros, por ejemplo un balón de playa versus un iPhone 5. Regalos de empresa, no sólo para los clientes Otra tendencia habitual en las empresas es no sólo dar regalos (o hacer sorteos) a los clientes sino llevarlo más allá, a los empleados, a los socios, a personas con las que se está negociando, a proveedores, etc. Lo importante en este caso es dar con un regalo acertado, no vale con algo barato sino que debe ser algo práctico a la vez que especial. Hay que pensar que la imagen de la empresa depende del regalo que se ofrezca. En muchas ocasiones no hay regalos especiales, se utilizan regalos publicitarios con el logo de la empresa, y es otra posibilidad interesante. Y en cuanto a sorteos, muchas empresas ofrecen viajes pagados, escapadas o algún regalo mínimamente caro, e incluso algunas no lo utilizan como sorteo sino al llegar a cierto nivel de productividad.