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Propuestas diferentes para dar un vuelco a los ingresos de nuestra empresa

Puede que hayamos tenido un producto o un servicio de éxito, de mucho éxito, pero aún no sabemos muy bien porque, aquel producto que nos quitaban de las manos y que se vendía como rosquillas hoy prácticamente no tiene aceptación, lo mismo sucede con aquellos servicios que antaño ofrecíamos y que no nos dejaban un hueco en la agenda durante semanas o incluso meses, y ahora, en al actualidad no nos pide nadie, ¿qué soluciones podemos encontrar a ello? Yo propongo una: darle la vuelta a la media como un calcetín, y quiero exponer un ejemplo al respecto. Muchos dirán que su producto o servicio ha llegado al final de su ciclo de vida, que la demanda ha dejado de pedirlo por el auge la competencia o por factores coyunturales como determinadas situaciones socioeconómicas, y de ello ya hemos hablado en otras ocasiones en esta plataforma, y ya hemos visto que efectivamente así puede ser y que en muchas ocasiones esos son factores que son total o como mínimo parcialmente no controlables por nosotros, ahora bien, el factor que si que podemos controlar es reconvertir nuestro negocio o mejor dicho ofrecer lo mismo de forma diferente. Veamos un caso concreto y particular: muchos dicen que la hostelería está en crisis, que la hostelería, y muy especialmente dentro de ella los restaurantes, están sufriendo una caída importante en la ocupación de sus comedores, dada la delicada situación de muchas personas, dada la mala economía que afecta a muchas personas, pero eso no parece ser así a un restaurante que nos invite a comer en el cielo. Y digo ello, digo lo que expongo en el extraño párrafo anterior, porque en mi localidad, en Barcelona, se ha creado un restaurante, que precisamente barato no es, y que nos permite cenar en las nubes, es decir suspendidos (a modo de cenar en un globo pero sin ser un globo) en el aire, y de veras que reservas precisamente no les faltan. Este breve y conciso ejemplo nos permite mostrar, nos permite enseñar que cuando ofrecemos lo mismo de siempre pero de una forma diferente, el público viene, es decir, no digo que no haya una parte de la población que no pueda pagarse servicios de este tipo, pero también hay una gran parte, y esta parte es muy rentable. En definitiva, el factor de comer no perece, la necesidad de ir a un restaurante a veces sí y a veces no, pero lo que no perece nunca son las ganas y la ilusión de vivir experiencias nuevas, emocionantes y únicas. Dicho de otro modo, puede que muchas personas decidan prescindir del restaurante al uso para comer el menú del mediodía pues ya les va bien llevarse la comida de casa o escoger otras opciones, pero a lo que no renuncian es a vivir nuevas experiencias, nuevas experiencias que también quieren vivir paralelamente un perfil más selecto de clientes, y ello un restaurante de experiencias se lo sabe ofrecer.