
¿Qué Necesitas?
¿Qué es la motivación intrínseca?
Si buscas la definición de motivación intrínseca en la Wikipedia, la describen de la siguiente manera:
La realización de acciones por la mera satisfacción de hacerlas sin necesidad de ningún incentivo externo.
Es decir, es cuando el estímulo que necesitas para hacer cualquier tarea nace de ti mismo, sin necesidad de otra recompensa que no sea tu propia satisfacción. En definitiva, se trata de realizar una tarea por el simple placer que te producirá llevarla a cabo. Para cualquier empresa debe ser una prioridad contratar personas con un índice alto de motivación intrínseca, ya que un trabajador que encuentre estimulante realizar su tarea, sin duda, será un empleado muy productivo. Además, es una de las señales que nos indica que estamos ante una persona con talento.
Ejemplos de motivación intrínseca
Como sabemos que puede resultar algo abstracto, para que no quede ningún tipo de duda, vamos a contarte algunos ejemplos de lo que se considera motivación intrínseca:
- Un hobby: el mejor ejemplo de hacer algo por el simple disfrute de realizarlo sin buscar ninguna recompensa externa.
- Adquirir conocimientos que no necesitas: como aprender un idioma que no demandan en tu empresa.
- Aumentar tus conocimientos sobre un tema: en este caso, no referimos a saber más de lo que necesitas para realizar tu trabajo, por simple curiosidad o realización personal.
- Trabajar de voluntario: una de las mejores maneras de sentirte bien contigo mismo es ayudar a los que más lo necesitan.
- Etc.
Como ves, se trata de cualquier acción en la que lo único que buscas es satisfacción personal. No se busca un reconocimiento o una recompensa.
Técnicas de motivación intrínseca
A pesar de que en muchos casos, depende del propio trabajador tener esa capacidad de disfrutar con el simple hecho de realizar su tarea, eso no quiere decir que no se pueda trasladar al resto de sus compañeros. Es labor de la empresa intentar convertir a los trabajadores poco motivados en empleados más eficientes. Para poder conseguirlo, vamos a contarte cuatro técnica que puedes realizar tanto para motivar a tus trabajadores como para incentivarte a ti mismo:
- Ayuda a seguir con la formación: si un empleado tiene la iniciativa propia de seguir formándose en su campo, sería muy negativo para la compañía no darle el apoyo suficiente para facilitarle la tarea, ¡es un trabajador que hay que retener sí o sí!
- Marca objetivos fáciles: esto, que en principio puede no parecer necesario para una persona con iniciativa propia, sí que es un pilar básico para conseguir que todos los trabajadores entren poco a poco en una dinámica positiva, que acabe en un aumento del rendimiento.
- Planifica tus tareas: la organización es la base de un buen trabajo. Además, si lo combinas con el punto anterior, la sensación de ir completando tareas de forma sencilla subirá tu ánimo y tus ganas de ir a por la siguiente.
- No olvides el refuerzo positivo: sabemos que este punto puede sonar contradictorio con todo lo que te hemos contado hasta ahora, ya que hemos insistido en que no buscan ningún tipo de reconocimiento. Teniendo parte de razón, nunca está de más reconocer el esfuerzo de las personas. No lo harán por eso, pero seguro que les motiva a seguir.
Estos son solo algunos ejemplos, pero puedes buscar tus propias técnicas.
¿Qué es la motivación extrínseca?
Este tipo de incentivo es el radicalmente opuesto a la motivación intrínseca, ya que el estímulo de realizar la tarea proviene de la promesa de una recompensa. Una buena definición sería esta:
Son todos los incentivos o bonificaciones que una persona necesita para hacer una tarea o actividad determinada. También se usa para aumentar la dedicación y determinación.
Es decir, que en este caso, la motivación no sale de uno mismo, sino que es un agente externo el que crea la necesidad de llevar acabo una tarea. En el mundo laboral, es básica para lograr que los empleados aumenten su productividad y alcancen los objetivos marcados.
Ejemplos de motivación extrínseca
El ejemplo más clásico de este tipo de motivación, es el de los padres que le prometen a su hijo un regalo si saca buenas notas. Pero hablando de relaciones laborales, no cabe duda que una de las mayores motivaciones externas que existe es el sueldo. Si el trabajador piensa que su salario no se ajusta a su aportación a la empresa, perderá su aliciente. No obstante, aunque la retribución sea un asunto importante, no quiere decir que sea el único. Existen muchas maneras de motivar a los trabajadores que van más allá de su nómina, como por ejemplo:
- A través del pago de dietas: cuando tenga que desplazarse fuera del lugar de trabajo.
- Acceso a un coche de empresa: una forma cada vez más utilizada por las compañías para motivar a sus empleados.
- Incorporar un seguro de salud privado: es también una manera de complementar la nómina e incentivar a los trabajadores.
- Promover los ascensos: si las personas ven que su esfuerzo de un trabajo bien hecho tiene la recompensa de un trabajo mejor, su motivación subirá.
Esperamos que con estos ejemplos, haber despejado todas tus dudas sobre qué es la motivación extrínseca.
Técnicas de motivación extrínseca
A continuación, vamos a ver distintas estrategias que puedes utilizar para incentivar a tus trabajadores. Una de las más utilizadas es, sin duda alguna el trabajo por objetivos. En este caso, el salario no depende del número de horas que dedique, sino que irá en función de las metas que vaya alcanzando. A mayor número de tareas realizadas, mayor será su retribución. Otra opción muy interesante es reservar unas cuantas horas, normalmente las últimas de la semana, para reunir a los trabajadores en un ambiente distendido (puede ser un pequeño aperitivo), para que comenten aspectos relevantes sobre su trabajo. De esta manera, los empleados verán que sus superiores se preocupan por su bienestar y que sus opiniones cuentan, (todo ello en un entorno amable) lo que sin duda es un gran estímulo para seguir trabajando. Optar por implantar la jornada intensiva, en verano o incluso durante todo el año, es también una iniciativa muy bien acogida por los empleados. Pero no solo sirve para tener contentos a los trabajadores. Empresas como Iberdrola han aumentado en 500.000 horas al año su productividad y reducido su absentismo al 10% con solo aplicar la jornada reducida durante todo el año. Un trabajador contento es un trabajador motivado. Siguiendo esta máxima, si tus empleados gozan de flexibilidad horaria, o incluso poder trabajar desde casa, conseguirán uno de los mayores anhelos de muchos: la conciliación familiar, lo que a la vez aumentará su motivación extrínseca y además, conseguirás trabajadores más fieles.
¿En qué se diferencia la motivación intrínseca de la motivación extrínseca?
Como ya habrás visto, las diferencias entre ambas son más que evidentes. Pero todavía hay matices que no te hemos contado. Uno de esos matices es que en la motivación intrínseca no existe el fracaso. Cualquier error se considera parte del proceso de aprendizaje y no tiene nada de negativo. Todo eso se debe a que, cuando el incentivo nace de uno mismo, se disfruta todo el camino que se recorre hasta alcanzar la meta, incluso aunque no se logre el objetivo. Sin embargo, cuando la motivación nace de una promesa que solo se alcanzará al terminar una tarea, no completarla puede generar frustración y malestar.
¿Es mejor la motivación intrínseca o la extrínseca?
Esta pregunta, que puede parecer muy complicada, tiene una respuesta muy sencilla: depende. Como es obvio, si detectas que un trabajador no está rindiendo al nivel que quieres, la opción más idónea será la de motivarle a través de incentivos (extrínseca). Pero si a tus empleados les basta con su trabajo como incentivo, tendrás que invertir recursos de la empresa para que sigan así pero sobre todo, para evitar que la situación cambie. Por eso, es importante que conozcas a tus trabajadores para así, poder optar por la estrategia adecuada.
Motivación intrínseca y extrínseca, dos modelos igual de válidos
Tanto la motivación intrínseca como la extrínseca son dos caminos distintos que conducen al mismo destino: trabajadores más productivos. ¿Y quién no quiere empleados así? Ahora te toca a ti, ¿necesitas incentivos externos o te basta con el placer que te aporta tu trabajo? ¿Has llevado acabo alguna de estas técnicas para lograr los objetivos de tu empresa? ¿Crees que son necesarias? Sea cual sea tu respuesta, o si tienes cualquier otra cosa que contarnos, nos encantaría que la dejases en los comentarios más abajo. ¡Te esperamos!