
La ropa de trabajo es uno de los beneficios que ofrece la empresa a sus trabajadores, aunque tiene claras ventajas también para la empresa. Por eso, es necesario saber algo más sobre este elemento que bien puede formar parte de la política salarial de la empresa. La ropa de trabajo debe ir de acuerdo con la imagen corporativa y con el enfoque de la empresa. En lo posible, la gama de colores del vestuario debe ir de acuerdo con los colores de la empresa. Además, es necesario que se adecue a las necesidades de la empresa, si hay ciertas medidas de seguridad, si se va a trabajar al aire libre o dentro de la empresa, si se necesita ropa reflectiva y otras cuestiones. ¿Y quién paga la ropa de trabajo? Debe pagarla la empresa siempre que la exija a sus trabajadores o sea necesaria para el desarrollo de su profesión, como es en el caso de necesitar ropa para seguridad o de acuerdo a los riesgos laborales. Si son los trabajadores los que deciden por su propia voluntad la empresa no tiene por qué hacerse cargo de este gasto. Es cierto que no queda muy bien ir a trabajar a una tienda de ropa con la marca de otra empresa, pero a menos que la empresa ofrezca un uniforme o ropa de trabajo a sus empleados no se les debe obligar a comprarla, ya que existen otras opciones. La ropa de trabajo suele utilizarse para funciones específicas de la empresa, como acatar los reglamentos y reglas de seguridad para proteger a los trabajadores, pero también se utiliza el uniforme de empresa que iguala a los trabajadores y ofrece una imagen corporativa incluso en la vestimenta de los trabajadores. Con respecto a este último caso, muchas empresas tienen la tesitura sobre pedir la utilización de cierta ropa de trabajo o utilizar ropa informal. En ciertos sectores, se recomienda el uniforme, incluso es recomendable si hay muchos trabajadores o en puestos de atención al cliente para que los clientes sepan reconocer a quién consultar cuando lo necesiten. En otros trabajos, basta con una ropa informal, y en otros ropa de casa siempre que cumplan ciertas características, como el pantalón negro en algunos puestos de camarero. La ropa de trabajo, dietas o transportes o material no se incluyen en la base de cotización siempre que no superen el 20 % del IPREM mensual (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). Y es que la ropa de trabajo es un beneficio social, pero también una inversión de la empresa, ya que ofrece las condiciones adecuadas para que los trabajadores puedan rendir al máximo en su trabajo y además los clientes conocen la imagen corporativa y reciben también publicidad en este respecto.