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Participaciones preferentes, una manera de invertir que aúna beneficios y riesgos a partes iguales

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Seguro que más de una vez has oído hablar de las participaciones preferentes, ese producto financiero que tantos quebraderos de cabeza ha supuesto para mucha gente. Pero, ¿sabrías decir en qué consisten de forma exacta? ¿Cuáles son sus características? ¿Son un tipo de acciones o no tienen nada que ver? Si alguna vez te has hecho ese tipo de preguntas, son las que contestamos en las próximas líneas. Y si nunca te lo has preguntado, deberías leerlo de todas formas. Cuanto más sepas de economía, mejor para tu negocio.

Índice

¿Qué Necesitas?

¿Qué son las participaciones preferentes?

Siguiendo con las buenas costumbres de este blog, empezamos con la definición que hace la Wikipedia:

Acción preferente, participación preferente, valor preferencial o simplemente preferente, en economía, bolsa y finanzas es aquel valor o acción emitido por una sociedad -banco, caja de ahorros o empresa financiera- que no confiere ninguna cuota en su capital ni tampoco derecho de voto en la junta de accionistas.

No podemos decir que se trate de una definición incorrecta, pero salvo para los que dominen los tecnicismos de la economía, habrá quien la encuentre demasiado compleja. Para que no se vaya nadie sin tener claro en qué consisten, lo explicamos con nuestras propias palabras:

Las participaciones preferentes son una manera en que una sociedad puede conseguir liquidez a cambio de ofrecer la posibilidad un beneficio.

Es importante remarcar lo de la «posibilidad de beneficio» porque como veremos más adelante, los beneficios no están garantizados ya que depende de factores externos.

Características de las participaciones preferentes

Las participaciones preferentes son un producto complejo que muchos especialistas sitúan a caballo entre las acciones y los depósitos, ya que tienen mayor riesgo que estas últimas pero más que las inversiones en bolsa. El tema es que tienen unas características muy concretas que te contamos a continuación. Y hablando de bolsa, ¿conoces las stock options? Es cuando el sueldo depende de ella.

1. Su riesgo es muy alto

Una de sus principales características y el motivo que llevó al fraude de las preferentes que hemos sufrido en España. Por si alguien no sabe a qué nos referimos, hablamos de un caso muy mediático de una famosa caja de ahorros que vendió este producto a clientes inexpertos con la promesa de que era algo seguro, cuando es justo lo contrario. ¿Cómo lo hicieron? Prometiendo una remuneración mucho más alta que los depósitos, algo que sí es cierto. El problema es que obviaron que están catalogadas como producto de riesgo, lo que significa que las posibilidades de perder el dinero invertido son altas.

2. No dan ni voz ni voto al inversor

Esta quizás sea la características más significativa para demostrar que una participación preferente y una acción son 2 conceptos distintos y es que, a diferencia de las acciones donde todo el que posea puede participar y tiene voz y voto en las juntas de accionistas, las preferentes no otorgan ni siquiera algo parecido. O dicho de una forma muy simplificada, solo tienes derecho a los beneficios… Si los hay.

3. Los beneficios no están garantizados

Como ya te hemos contado más arriba, se trata de un producto de riesgo y por tanto, la posibilidad de no recibir ganancias es muy alta. ¿Qué tiene que ocurrir para que una persona que ha comprado preferentes reciba beneficios? Pues que la entidad que las emitió consiga beneficios distribuibles. Si no se da esa situación, el inversor ya puede despedirse de conseguir su «trozo del pastel». Así que mucho ojo a los mercados financieros, que son los que pueden hacerlos un sueño o una pesadilla.

4. Su duración es perpetua

Las participaciones preferentes no tienen fecha de vencimiento o, lo que es lo mismo, se mantienen en el tiempo de forma indefinida. O esa por lo menos es la teoría, porque el emisor puede añadir en el contrato una cláusula de rescisión una vez pasados 5 años. Pero si no hay nada de ese estilo, llegarán hasta el infinito y más allá. 😉

5. No están cubiertas por el fondo de garantía de depósitos

El fondo de garantía de depósitos (o FGD por sus siglas) es una entidad aprobada por real decreto que se encarga de garantizar el pago a los clientes de una entidad bancaria, en caso de declararse esta insolvente. Lo que ocurre es que no cubre las participaciones preferentes así que si te ves en esta situación, no puedes pedirles nada.

Tipos de participacienes preferentes

Y para complicarlo todavía un poco más, dentro de las participaciones preferentes existen distintos tipos en función de lo que pueden hacer:

  • Convertibles: este tipo de preferente contiene una cláusula en el contrato que permite convertirlas en acciones comunes. Hacer esto tiene un coste que se habrá fijado a la hora de comprarlas.
  • De renta mensual: son una mezcla entre preferentes y deuda subordinada (aquí tienes más posts sobre deudas: cómo cobrar una deuda, reunificar las deudas y cuándo prescribe una deuda).
  • Acumulativas: si los accionistas no reciben su parte, se acumula para la próxima vez.
  • No acumulativas: justo el caso contrario al anterior. Suelen ser las más comunes de los bancos.
  • Intercambiables: muy parecidas a las convertibles, solo que en este caso, lo que se hace es cambiarlas por otro tipo de seguridad. Eso sí, con unas condiciones.
  • Perpetuas: así se llaman a las que no tienen fecha de vencimiento (algo que, como hemos visto, suele bastante común).
  • Con opción financiera: aquí el accionista puede obligar al emisor a redimir las acciones si se dan unas circunstancias concretas.

Como ves, no será por opciones. 😉

Las participaciones preferentes, una inversión que no es para todo el mundo

Como has leído, las participaciones preferentes son un producto apto solo para personas con grandes conocimientos y que están dispuestas a correr el riesgo que tienen. Pero antes de que te vayas, si tienes algo que contarnos acerca de este tema como tu propia experiencia o alguna duda, un poco más abajo está la sección de comentarios para que nos hagas llegar eso que quieres contarnos. No los habríamos puesto si no quisiéramos «oirte»… ¡Así que no te de vergüenza!