Saltar al contenido

Saber aprovechar los momentos

Dicen que los trenes pasan, y que a veces por mucho que los esperemos no vuelven a pasar, eso sucede en muchos ámbitos de la vida y obviamente también en las oportunidades profesionales y en el desarrollo de nuestros negocios, pero si nos centramos en este último aspecto, en el desarrollo de nuestros negocios en base a lo que la misma sociedad nos aporta, decir que ya no tan sólo debemos saber coger el tren adecuado, sino llegar con antelación a esperarlo. Veamos. Puede parecer cruel, pero ¿cuándo es mejor para vender alarmas que después de que haya habido una ola de atracos? ¿Cuál es el mejor momento para aumentar las medidas de seguridad que después de unos brutales y sangrientos ataques? Si nosotros como empresa especializada en eso, sabemos dar respuesta adecuada a las necesidades que durante esos momentos y en los posteriores nos demandará la sociedad podemos hacernos un buen hueco en el mercado. Atención que estamos hablando de empresas que dedicándose a un sector, aprovechan un factor inesperado para darse a conocer o bien para aumentar o consolidar su presencia en el mercado. En este artículo no estamos hablando de aquellas empresas con productos o servicios clara y netamente estacionales, tampoco estamos hablando de aquellos “negocios buitre” que saben aprovechar el auge muy puntual de un momento muy determinado, por ejemplo el de vender camisetas después de una masacre recordando la misma, ni tampoco estamos hablando de personas que se dediquen a montar tenderetes en momentos o lugares determinados. Centrándonos en los negocios que deben saber aprovechar las ocasiones que se les presenten, destacaremos que en muchas ocasiones la respuesta perfecta prácticamente no existe, es decir, por ejemplo abastecer una demanda pico desorbitadamente elevada en un periodo de tiempo común de otro tipo de tiempos puede ser irreal, es decir, ninguna, ninguna empresa en el mundo, puede a según que niveles dar una respuesta cien por cien efectiva sin quedarse con productos y no tener problemas de distribución, pero en la medida de lo posible hemos de estar preparados para ello. Y no sólo ello, pues ya no sólo se trata de saber dar respuesta cuando la demanda se nos presente sorpresiva y agolpadamente, también en ocasiones se trata de saber presentarse a esa demanda en el momento adecuado, voy a poner un caso clásico, pero altamente ejemplarizante: ¿qué mejor momento (como vemos sobre todo en abogados estadounidenses) para repartir nuestra tarjeta profesional que aquel momento en el que la persona a la que le damos la tarjeta acaba de sufrir una desgracia o un grave problema que le pueden invitar a utilizar nuestros servicios? Para mí, sin duda ningún otro momento será mejor que ese, algunos le llamarán el momento carroñero, yo le llamo el momento de oro.