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Comercio exterior, toda la información que necesitas saber sobre él

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Vivimos en un mundo globalizado. Ya no es como antes, que si querías comprar algo, tenía que ser un producto local. Hoy en día, puedes comprar tu nuevo móvil en China y pedir la ropa que te gusta a una tienda en Londres, y todo eso es gracias al comercio exterior. Y no hace falta decir lo importante que resulta este nuevo tipo mercado para cualquier negocio… No importa si es pequeño o grande, representa una oportunidad de expansión y debes aprovecharla sí o sí. Así que, ten listo tu pasaporte y la maleta, nos vamos de viaje por todo el mundo. 😉

Índice

¿Qué Necesitas?

¿Qué es el comercio exterior?

Vale que quizás es una pregunta que todo el mundo sabe contestar pero, por si hay algún despistado, veamos la definición de comercio exterior de la Wikipedia:

Se define como comercio internacional, comercio exterior o comercio mundial al movimiento que tienen los bienes y servicios a través de los distintos países y sus mercados.

En definitiva, se trata de todas las compras y ventas (de productos o servicios) que se realizan entre países, con el objetivo principal de satisfacer la demanda de los ciudadanos del país importador. Lo que ocurre, es que esto es una manera muy simple de definir un concepto muy amplio y que abarca mucho más de lo crees.

Ventajas y desventajas del comercio exterior

El primer paso que debes dar para dominar algo, es conocer su lado positivo y negativo. Así, serás capaz de ver el bosque entero, no solo los árboles. 😉

Ventajas

  • Acceso a otros bienes y servicios: permite a los habitantes de un país disfrutar de los productos que no son nativos de allí. Casi podríamos decir que este fue el origen del comercio internacional ya que, gracias a él, en los supermercado de Finlandia puedes encontrar plátanos de Canarias, por ejemplo.
  • Ayuda a la producción local: de muchas maneras. Por ejemplo, consiguiendo materias primas de mayor calidad (o a mejor precio), ampliando su mercado, etc.
  • Beneficia al país: hay estados cuya economía depende en gran parte de la venta de materias primas o productos a otros, pero no es la única forma. Si los productores locales no son capaces de satisfacer la demanda, se podrá corregir algo así gracias a las importaciones.

Desventajas

  • Mayor competencia: para las empresas, puede suponer un problema que aparezcan nuevas alternativas que les quiten cuota de mercado. Sobre todo si son empresas que no son capaces de adaptarse a los cambios en el mercado.
  • Es desigual: moralmente hablando, en muchos casos, los países ricos se harán todavía más poderosos a costa de los más pobres.

Características del comercio exterior

El comercio internacional no deja de ser como un mercado de toda la vida, solo que un «poco» más grande. 🙂 Eso hace que tenga unas características especiales:

  • Muchos más intermediarios: la compra y venta de productos a nivel mundial, hace que la cadena de suministros se alargue más que en comercio nacional, ya que tienen que entrar en juego casas de cambio de monedas, agentes de transporte, etc.
  • Países especializados: la competencia que supone el planeta entero, ha hecho que muchas naciones se especialicen en comerciar con ciertos productos. Como la India y su té, por ejemplo.
  • Restrictivo en ocasiones: solo en algunos casos, pero puede darse la situación de que un gobierno ponga trabas a este tipo de comercio (más adelante profundizamos en este tema).
  • El uso de distintas divisas: si eres una empresa española y comercias con países miembros de la Unión Europea, no hay problema en usar el euro pero, si compras a Estados Unidos lo harás en dólares, si es con el Reino Unido será en libras y así con cada nación que tenga moneda propia.

Todo ello sin contar que habrá mucho más papeleo y que cada país tiene una legislación propia que hay que cumplir.

Tipos de comercio exterior

Como acabamos de ver, el comercio exterior tiene grandes beneficios y, a su vez, unas contras también a tener en cuenta. Por ese motivo, hay países que son más abiertos al comercio internacional y hay otros que son más reservados. Y es en eso, en lo que se basa los dos tipos de comercio mundial que existen.

1. De libre cambio

En este primer caso, lo que se busca es facilitar al máximo el intercambio de productos entre naciones. ¿Cómo se consigue algo así? Haciendo que los gobiernos intervengan lo mínimo posible por ejemplo, eliminando las aduanas. Quizás el mejor ejemplo de este tipo de mercado sea el mercado único de la Unión Europea gracias al cual, los países miembros pueden exportar e importar productos y servicios de forma libre entre ellos. Y como es evidente, el librecambismo (otra forma de llamarlo) favorece siempre a las naciones que realizan grandes exportaciones.

2. Proteccionista

Justo en el extremo contrario al libre cambio, se encuentra el proteccionismo. En este caso, los gobiernos llevan a cabo políticas que favorecen la producción local y encarecen las importaciones con medidas como:

  • Aranceles: un tipo de impuesto que hace subir el precio de los productos importados, haciéndolos menos competitivos en su mercado.
  • Cuotas: limita el número máximo de importaciones que se pueden hacer.
  • Subsidios: a la industria local para que puedan bajar los precios y entrar en competencia con los productos exteriores.

Como idea puede resultar muy atractiva, pero la historia ha demostrado que funciona mejor, tanto para empresas como para consumidores, el libre mercado.

Teorías sobre el comercio exterior

El comercio internacional empezó a cobrar fuerza en el siglo XVI, justo con la aparición de las colonias europeas alrededor del mundo. Fue en ese momento, cuando los países se dieron cuenta de que podían ser aún más ricos si empezaban a comerciar con otros. Ahora quizás te estés preguntado «¿Qué tiene esto que ver con las teorías del comercio exterior?» Pues para que veas que no es algo moderno y, por lo tanto, ha dado tiempo a que salgan a la luz distintas teorías sobre él. Y son con estas teorías, con las que las personas han intentado explicar los factores que influyen en el comercio internacional y por qué funciona como funciona.

1. Ventaja absoluta

Esta teoría fue propuesta por Adam Smith, un economista y filósofo británico muy reconocido en el siglo XVIII. Pero, ¿en qué consiste la ventaja absoluta? En la capacidad de producir algo usando lo menos posible. O dicho de otra manera, desarrollar un producto o servicio con los costes de producción más bajos posibles. Así, al comparar entre los distintos productores cuánto gastan en crear algo, se podrá decidir cuál tiene la ventaja absoluta, lo que definirá su comercio exterior. Vamos a verlo con un ejemplo para que quede más claro. Imagina un país «X» al que le cuesta producir un una manzana 3 euros y unos vaqueros 6 euros. Si a la nación «Y» eso mismo le cuesta 6 y 10 euros respectivamente, según esta teoría no se producirá intercambio entre ellos, al tener «X» la ventaja absoluta. El problema de esta teoría, como ya habrás imaginado, es que resulta demasiado simple para explicar algo tan complejo.

2. Ventaja comparativa

Esta teoría bebe de forma directa de la ventaja absoluta, solo que en este caso no se basa en los costes de producción, sino en las ventajas que ofrece. Un poco lioso, ¿verdad? No te preocupes que, con el siguiente ejemplo, verás que queda todo más claro. Te presentamos a María, que es doctora, y a Bea que trabaja como mecánica de coches. Si ambas son especialistas en sus respectivos campos, cada una de ellas acudirá a la otra cuando lo necesite y se dará la ventaja absoluta. Pero, ¿y si María, a parte de ser una gran doctora, resulta que es mejor mecánica que Bea? Tiene entonces dos opciones:

  1. Cuando surja un problema con su coche, arregrarlo ella misma.
  2. Contratar a Bea para que lo solucione.

Como María no tiene tiempo para ponerse a reparar su coche después de terminar su jornada, decide optar por la segunda opción, a pesar de que ella haría el trabajo mejor. Es en este caso cuando se da la ventaja comparativa. Porque a pesar de que podría hacer ella el trabajo mejor, le sale más rentable contratar a otra persona con peores aptitudes y así concentrarse mejor en su trabajo en el hospital, que le aporta mayores beneficios.

3. Teoría de Heckscher-Ohlin

La última de las teorías fue propuesta por Bertil Ohlin, que modificó la que ya había propuesto Eli Heckscher, que fue su profesor. En ella, se expone que un país obtiene sus ventajas en el comercio exterior en función a los siguientes factores de producción:

  • Fuerza laboral.
  • Capital.
  • Materias primas.

Hoy en día, unos ejemplos claros de esta teoría son los países de oriente medio y el petróleo o China y su mano de obra barata.

El comercio exterior no abre puertas, abre el mundo entero

Raro sería que, si tienes una empresa, no vendas tus productos o servicios a cualquier país… sobre todo por la fácil que lo pone Internet. Pero si no es tu caso, ya has visto que el comercio exterior puede ser la clave para dar ese impulso que tanto necesita tu marca. Así que:

  • ¿Qué vas a hacer ahora?
  • ¿Vas a dar el paso?
  • ¿Ya lo has dado?
  • ¿Cómo te ha ido?

Te dejamos los comentarios abajo para que nos cuentes lo que te apetezca.