
Una de las principales fases de los proyectos de negocios es saber vender la idea, ya sea a potenciales inversores o a quien haya que convencer de que la idea es buena. Para saber presentar la idea de negocios hay que pensar en cómo comunicarla efectivamente a la persona o personas a quien va dirigida inicialmente, hay que pensar los objetivos que se pretende conseguir y los beneficios que se puede aportar. A la hora de planificar lo que se ha de decir, también hay que conocer y saber actuar ante las posibles preguntas y respuestas. Hay que conocer muy bien la propia idea para así saberla defender perfectamente. Siempre hay que mostrar optimismo, ir con una sonrisa pase lo que pase. Aunque se debe plantear todo desde un ambiente positivo, también es bueno comentar algún aspecto negativo que haga que la otra parte no piense que le están vendiendo humo, sino algo real. Además, es bueno contar con información adicional sobre la que apoyar la idea y hacer más entendible lo que se quiere mostrar. Lo que interesa a posibles inversores y socios Lo que más puede importar a los potenciales inversores es cuánto ganarán, cuánto cobrarán y qué riesgos asumen. En pequeños proyectos, los inversores que se acogen a ellos están dispuestos a asumir el riesgo si los beneficios potenciales son buenos y la inversión “baja”, por eso mismo diversifican las inversiones, aunque las preferencias dependen de cada inversor. Es necesario tener respuesta a estas sencillas preguntas. Si lo que se busca es un socio, además de dar respuesta a esas cuestiones se debe mostrar por qué se ha elegido a esa persona, por qué alguien está dispuesto a compartir el posible éxito y beneficios con algo que consideran seguro, y ante esto no hay más que mostrar qué es lo que ese socio en concreto va a aportar al proyecto. La clave del éxito a la hora de vender la idea Lo que sí abre muchas puertas es crear un plan de negocio completo y profesional que ofrecer a potenciales inversores, socios, clientes o quien sea. La segunda herramienta principal para vender la idea es la presentación que se realice. La presentación ha de ser clara, sencilla y directa sin ser muy extensa, y además ha de lograr sorprender. Además, ha de estar dirigida a la persona adecuada, no vale de nada presentarla si no llega a quien tiene que llegar. Ya que la idea debe solucionar algún problema o necesidad, hay que saber detectar ese problema o necesidad y plantear cómo lo que se ofrece puede solucionarlo, qué es lo que puede hacer la idea para aquellos a los que está dirigida como público final. Para que la exposición de la idea sea todo un éxito hay que planificarla perfectamente e incluso practicar con alguien antes del día clave. Esto permitirá descubrir los aciertos, los errores e incluso cuestiones en las que no se había pensado.