
- Un ahorro de tiempo y recursos
- Permite mediante una explicación introductoria preparar a los alumnos para que puedan ampliar posteriormente la materia
- Acercar a los alumnos (o profesionales) a ciertos contenidos mediante personas profesionales y bien preparadas en la materia
- Ofrece una mayor visión a la que los libros aportan
- Cumplen una función motivadora por parte de profesores que conocen perfectamente la materia y la modalidad de formación
- Evidentemente, se aprende más escuchando que leyendo, además quien quiera puede leerlo posteriormente para recordarlo mejor (también tomando apuntes se aprende mucho, aunque haya quien no se lo crea)
- En ocasiones es la única forma viable, ya que no existe material bibliográfico en que apoyarse o porque existe exceso de información o material bibliográfico que no permite distinguir qué es lo mejor
Las principales desventajas son que el alumno tiene un papel más pasivo en su formación, que es más complicado evaluar el aprendizaje y que no sirve para programas formativos que pretenden cambiar actitudes, competencias o comportamientos. Si se abusa de esta formación lo resultados no son tan efectivos como podría parecer inicialmente, de hecho se podría retener peor la formación, por lo que es una buena idea para combinar con otras formas de aprendizaje. Si un profesor acreditado es capaz de conocer las necesidades de los alumnos y consigue llevar un buen ritmo al nivel de todos ellos conociendo cómo procesan la información, las clases magistrales pueden aportar muchos beneficios a la formación de los profesionales que necesitan conocer ciertos temas, aunque no debe ser la única modalidad formativa en la que respaldarse.